Incluye: Balsa, guía, equipo, alojamiento, pensión completa más refrigerio
Expedición Río Neuquén
La excursión se compone de una actividad principal (rafting) y varias complementarias, visita a paisajes naturales, cuerpos de agua, incluyen actividades que van desde caminatas, observación de especies silvestres, sitios arqueológicos, guitarreadas, juegos recreativos, degustación de comidas regionales (chivitos, dulces, truchas), exhibición y venta de artesanías; entre otras. Se interacciona con los pobladores quienes participan como guías de los lugares a visitar, brindando charlas, exponiendo sus artesanías.
Cada vez que descendemos un río en balsas inflables nos internamos en lugares de incomparable belleza, quedando demostrado que no todas las vivencias están relacionadas con la acción y el vértigo. Por lo que se le da especial importancia al turismo orientado a hacia la naturaleza, que se fundamenta principalmente en un viaje de placer inspirado primordialmente por las características naturales de un área determinada. El viaje tiene como objetivo específico experimentar este ambiente natural, estudiándolo, admirándolo o disfrutándolo, conociendo la forma de vida de sus pobladores y sus costumbres.
Este turismo se diferencia del turismo convencional en las motivaciones y conductas de los turistas y por la singularidad de los recursos, que tienen alto valor ecológico o paisajístico, y en muchas ocasiones son espacios sujetos a protección. La oferta turística en el turismo de naturaleza es de bajo impacto ambiental, muy cuidadoso con la naturaleza, y con la población local.
Todo esto dentro de tres días que incluyen traslado, comidas, rafting, actividades complementarias y equipamiento necesario.
Se cuenta con guías profesionales, seguros, habilitaciones (municipal, prefectura, transporte), personal de apoyo en las actividades complementarias, vehículos de transporte y de apoyo (4×4).
Al pie de la precordillera andina, llamada Cordillera del Viento, se forman unos valles majestuosos, salpicados con ríos y arroyos. Entre esos valles es que se encuentran Andacollo, Manzano Amargo, Varvarco y Huinganco. Se puede respirar lo que es la verdadera esencia del norte neuquino, dedicados a la ganadería, la forestación y la agricultura, con gente campesina y vida muy tranquila.
